Walk In The Sky.


Con el viento de cara y la altura que hay desde el asfalto hasta la azotea, la percepción de la ciudad es menos egoísta.
Es casi liberador, a pesar de las voces que me susurran al oído que puedo volar. ¿Cómo hacerles entender que no es saltar lo que me hace falta?
La cantidad de realidad en mis pulmones depende únicamente de los golpes que aguante mi cráneo contra el granito. Entonces el vértigo aparece en forma de ojos cerrados.
Y me mareo, y echo de menos beber sin sed, y me arrepiento de no haber sabido mirarte a los ojos, y te recuerdo con más fuerza.
Y te quiero.
Hasta que aparece el goteo. Mira como se cuelan mis sentimientos por las sienes, mira como vuelven a caer al suelo y se mezclan con las lágrimas que no sé derramar, y no lo entiendo. Creía que sentía lo suficiente como para llorar por ti.
Y es que adoro el sonido de tus pasos cuando te vas, ¿por qué no te vas? ¿por qué no sabes volver?
¿Vivir por el placer de estar vivo? Ojalá supiera lo que eso significa.

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