Annihilation.


Esta porquería no sirve, sigo oyendo pasos.
Y esos malditos jadeos no dejan de ladrarme al oído.
¿Son tambores de guerra eso que escucho? Ah no, sólo es mi corazón. Definitivamente esto da asco, pero este blanco es tan bonito y da tanta paz que no necesito nada más...
Bueno, quizá estaría mejor si ese tipo de ojos blancos dejara de mirarme, pero bueno, yo maté a mi razón, es justo.
Esto es...magnífico. Casi espiritual.
Aah...silencio ensordecedor del final más horrible y absoluto.
El autismo de los que, como yo, cedieron su ego a la vanalidad de la rendición.
La satisfacción de la que pronto disfrutaré y todos disfrutaran conmigo. El placer del dolor y de la ira en mi propia carne, liberándome de ese aliento gélido y nauseabundo que desde hace tanto tiempo me respira en la nuca.
Que armonía tan dulce la de esos golpes contra mi alma rasgando el último atisbo de supervivencia. Casi me hace llorar.
En fin, supongo que pasaré un rato en este limbo, ahora que sólo mi racionalidad y yo tenemos un minuto para dialogar sanamente.
Cuántos recuerdos me trae este olor a desolación...

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