Sueño nº2


Mientras el arte descansaba entre cojines de algodón, alisios y olor a sal, la inspiración enseñaba a la música como observar el nuevo entorno que les rodeaba. Así que con pies descalzos, pelo contra el viento y torso al Sol, ambos se adentraron en la maraña de losas blancas que poblaban la ruta del calor.
Un mundo de casas, casitas pequeñas, frescas y de colores les llenaba la vista. Nuevas baldosas de cristal cocido al Sol les refrescaban los pies. Un torreón, de esos que solían albergar princesas de cabellos ensortijados, era aislado por las olas en el mar.
De la nada surgió una plaza, de las de banco y blanco infinito. Y el cante de una sirena con piernas curtidas por los años les alegró el oido hasta hacerles sonreir, igual que a los niños que por allí correteaban.
Decidieron darle un descanso a sus talones y se colgaron de los muros cercanos a la costa, para luego enterrar sus problemas en la arena de un paseo aún no transitado por el asfalto.
Y disfrutaron con la ausencia de palabra y la simple presencia del otro, de las gentes que les saludaban con ojos sonrientes, del olor salitre y del viento cálido del sur.
La música encontró nuevas melodías que aprender en su sinfonía particular, mientras que la inspiración se dedicaba a memorizar cada sentimiento para regalárselo intacto al arte, nadie lo merecía más que él.
De vuelta a la burbuja, la música recitaba cada estrofa que la inspiración mostraba con mundana precisión, para disfrute del arte, cuyos ojos se iluminaban con cada recuerdo.

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
me encantan tus dos textos...
y el de bukowski.
tenga grandes buenos días siempre...
tenga dias alegres siempre.
qué ganas de verla ya, de estar todos juntos.
espero que todo le vaya bien hasta entonces, y que si no le va bien confíe en nosotros para hablar y desahogarse.
a mi me funciona muy bien con usted, creo.

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