de la vida y otros cuentos.

Hay tanta belleza ahí fuera al alcance de tus manos, de mis ojos... Como una caída libre. A veces es tan fácil creer, tan fácil ser feliz y tan fácil sentirse solo... SuenaVida. Imagen

A veces, por las noches, los búhos salen a matar. Manadas enteras de búhos se sincronizan en zulú mientras afilan sus colmillos de nata: -Cumupidú! Cumupidú! Capitán! - gritan todos al unísono -Cumupidú! Cumupidú! Ya os escuché la primera vez! - contesta el capitán sin que interese. Y se agrupan en orden ascendente por tamaño en varias filas que convergen formando un ángulo de 30 grados menos BU al cuadrado, atentos al mensaje que están a punto de escuchar. El pequeño Jesús Francisco se sale de la fila inadecuadamente: "Oh capitán, mi capitán!" ladró tristemente Jesús Francisco. "Cuando era pequeño y añejo, sin quererlo siquiera, perdí la vida en una era, a manos de un leño pellejo" Pero como Jesús Francisco era mudo, nadie le escuchó. Fue entonces cuando La Hormiga Klatrilapé, tirando de la colita del capitán, se hizo notar: - Habremos ido! Diremos cuando volvamos, eh? eh? Marchando raudos raudos desplegaron las alitas dirección a su destino, como no podía ser de

No sé, pero me canso de tantos ecos de recuerdos que gritan olvidados tras degustarlos a deshoras. Se despeñan mis palabras por abismos fascinantes y mis intenciones se esfuman como si nada. Qué triste. A veces ni siquiera recuerdo mis grandes grandes logros, los susurros de la musa, el sabor del último trago. Quizá. Quizá sea mejor así. Recordar mantener gracias al papel al lápiz, a la cámara. Así yo seguiré sin huellas, raíces, lastre. Permanencia, hasta morir del todo Imagen

Ni siquiera se yo por qué vivo. Por qué vive la vida, puñado de luces torpes dando tumbos entre sol y sol. A veces mi voz me suena tan ajena ¡viene de tan lejos! que tengo la vida demasiado ciega . Yo que vengo de familia de mujeres tristes. Múltiple, muchísima, créanme los que me leen, no soy nada. Imagen

Mío. Aunque me hunda en unos ojos tan profundos. Acorde de bajo sin tocar. Delirio que galopa entre mis dedos mientras descubro cada tesoro de su cuerpo. Sus miedos más secretos, Su abrazo más puro. Maná de su alma que se precipita entre relámpagos de agua sobre la vida de mis venas.