Yo También.


La espera no había conseguido mermar las esperanzas depositadas en aquel momento, y lo notaban.
Era la primera noche de muchas otras, pero aquel sentimento de extraña familiaridad se respiraba en cada comentario, en cada sonora carcajada, en cada cerveza compartida.
Con los primeros rayos de Sol cegándoles la vista, justo antes de que los párpados perdieran la batalla contra el sopor, salió de la nada, y no hubo ni una palabra más:

- ¿Y si te quisiera..?
- Yo ya lo hago, creo.



...

Comentarios

Entradas populares de este blog

Un poema casi inventado

La Posada