The Truth


No es como antes.
Sigue con esos andares de perdonavidas, como si tuviera las caderas rotas, como si el vaivén de su cuerpo no tuviera control.
Pero no es como antes.
Es la rabia lo que la impulsa, lo que la mueve.
Y le encanta.
Carece de dialectica, de constancia, de monedas en el bolsillo. Siempre cambiando de acera para burlar los pasos de tu necesidad, incluso lleva un paquete de tabaco encima para cuando la vida le falla.
Y con ese humo se llena. Y como ese humo se desvanece.
Y con ese humo te penetra y te duele donde olvidas, donde aquello que es de tí, no eres tú.
Sabes que no la tienes, que es un espejo roto por los golpes bajos de tus propios actos, y lloras porque de suplicar te duelen los ánimos. Y ella.
No te rompas la garganta a base de gritar su nombre, sabes que siempre escucha hasta lo que no dices.
Después de todo, para ella también son interminables las noches desde aquella vez...

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