Sin fondo




Después de tres días bebiendo con la nada, sólo me apetecía arrastrarme hasta casa, así que me encaré con la avenida principal. Cabeza por los tobillos, tres o cuatro de la mañana, el sol se acercaba y creía escuchar a los pájaros cantar; me dejé a mi misma divagar en una espiral de adoquines y pasos en falso hasta terminar en un socorrido cigarrillo.
Killswitch Engage retumbaba desde hacía rato en mis oídos, sólo era capaz de retroceder hasta "My Curse" y escuchar el vacío que produce la guitarra de Adam Dutkiewicz antes del segundo estribillo, y cómo Howard Jones pelea con sus propias voces hasta alcanzar el punto exacto de desgarro. Era como salir por la ventana reventando un cristal, perdiéndose en el ruido del tráfico de la mañana, ya sabéis.
De repente me apetece superar mi pequeño sentimiento de inmortalidad, porque sigo en el mundo, acercándome a los veintidós años, como veintidós son las huellas en el polvo de mi camino: mi caja me espera en alguna parte, sabiendo que algún día seré alimento para los gusanos.
Y así como Charles Mingus escribió en aquella preciosa canción, "Epitaph", para Eric Dolphy, yo digo a mi manera "algún día, Eric; algún día, TuPac Shakur y Kurt Cobain; algún día, John Lennon y Charles Bukowski; algún día, Chuck Schuldiner y Ella Fitzgerald; algún día , Johnny Cash; algún día Bob Marley y Neruda; y algún día, Freddy Mercury."
Eran más de las diez y media de la mañana y mi cabeza seguía estando por los tobillos, sonando como una bolsa de huesos moviendose entre el esparto.
Un sonido estridente me taladraba el entrecejo, como una voz que intentaba decirme que había algo que tenía que saber. Anoche estaba en la cima del mundo pero hoy me han destronado.
Creo que es en momentos como este cuando me pregunto si realmente conozco el significado de eso que para los demás es tan común; esposas, maridos, madres, padres, hermanas y hermanos. Amor, candidez, esperanza y buenos sentimientos.
No entiendo su funcionamiento, no quiero entender que necesito más allá de la siguiente borrachera. Así que me toca encontrar alcohol con el que ahogar mis miedos, buscar a la nada y compartir miseria, porque cuando despierte mañana todo se habrá esfumado.

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