Ya no llueve (Antipoesía)



Que me disculpe la coincidencia por llamarla necesidad.
Que me disculpe la necesidad, si a pesar de ello me equivoco.
Que no se enfade la felicidad por haberla olvidado.
Que me olviden los muertos que se han olvidado de mi.
Que me disculpe el tiempo por todo el tiempo que ha pasado.
Que me disculpe mi antiguo amor por considerar al nuevo el primero.
Perdonadme, malos pensamientos, por no seguiros a rajatabla.
Perdonadme, heridas abiertas, por seguir hurgando.
Que me disculpen los que me llaman desde lejos, y no parezco oír.
Que me disculpen mis compañeros por los bostezos a las ocho de la mañana.
Perdóname, esperanza perdida, por extrañarte a veces.
Perdonadme, mares y mareas, por no saber ahogarme.
Y tú, mi vida, hace tiempo el mismo, en esta misma vida,
sereno, mirando fijamente el mismo punto siempre,
perdóname, nunca pude seguirte.
Que me perdonen los árboles por mi mesa de madera.
Que me perdonen las grandes preguntas por las pequeñas respuestas.
Verdad, no me prestes demasiada atención.
Solemnidad, sé magnánima conmigo.
Soporta, noble sentimiento de amor, que arranque hilos de tu cola.
No me acuses, alma, de obligarte a no ser.
Perdonadme todos por no saber estar en todas partes.
Perdonadme todos por no saber ser una de vosotros, o vosotras.
Sé que mientras viva nada me justifica,
porque yo misma me lo impido.
Voz, no te preocupes por no saber usarte para explicarme,
las palabras no sirven para nada.

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