De Ira.


- Imposible es - dice Teofrasto - que el varón bueno no se irrite contra los malvados.
Pero en el mismo Tratado filosófico muestra Lucio Anneo Séneca los irracionales abusos y extravíos a que la ira conduce, siendo sumamente instructivo para los jueces tercos el caso de Cn. Pison, que condenó a un soldado a muerte, porque habiendo salido a forrajear con otro compañero, volvió sin él, suponiéndole homicida.
Cuando iba a caer sobre su cuello la espada del ejecutor, presentóse el compañero. El centurión ordenó que se suspendiera la ejecución, y presentáronse los tres acompañados de inmensa multitud, a Pisón, el cual condenó a los 3 con estas palabras:
- A ti te mando a la muerte, porque has sido condenado; a ti, porque has sido causa de la condenación de tu compañero; a ti, porque, habiendo recibido orden de matar, has desobedecido a tu general.




De Ira. XIV y XVI
Séneca.

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