Alas de Plata




Han pasado ya varios años desde aquel día, y aún me atrevo a seguir deambulando por tu vida.
Mientras dormías profundamente, tus sueños eran como alas de plata que volaban hasta el borde de mi cama. Mis suspiros te llenaban.
Nunca la Luna fue tan importante, nunca sentí tantas ganas de ahogarme en alguien. Para siempre jamás fue tanto tiempo. Bendición aquella la de observar el vuelo de tus palabras sobre el océano...
...y después de todo, hoy descubro entre cajas vacías y rayos de Sol, que estoy más cerca de la nada que de un techo para los dos.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Un poema casi inventado

La Posada