Cicatriz II




¿Recordarás su nombre alguna vez? Como cuando con su rostro y sus maneras te sugiere que estés a su disposición y que la llames.
¿Dejarás que arrastre tu halo hasta el barro de las cenizas de Pompeya? Explosionando una vez más en estatuas de polvo, velos y sudarios.
Porque estas esposas ya duelen demasiado, bastante tiene con conceder aplausos sin ticket de vuelta.
Y cuando se hundieron en el lago no hicieron nada por volver a salir.
Contusiones saturadas más allá de los hormigueros del amanecer de una nueva plaga.
¿Habré perdido mi camino? Incluso lo que este callejón sin salida podría pagar para llegar hasta dentro de nosotros es muy poco, sea cual sea el precio.
Formidable, pulcro, limpio. Hielo manchado.
Y aún así no hicieron nada por salir del lago.
Yo me rindo.

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