De finales y caídas
Una nube de pétalos de terciopelo,
casi tan horripilante como la soledad,
atravesó ríos nadando, montañas caminando,
la vida suspirando,
y una manera muy peculiar
de comprender los consejos.
Le dijeron que se abrochase el cinturón,
que no fumara,
que no bebiera,
y se lanzó hacia la calle.
Si, se lanzó a la calle,
doce pisos abajo.
Comentarios
Me encanta la crudeza.
Es un anti-poema digno de ser anti-publikado!
Felicidades por tu blog y por tu poesia.
Me alegro de haverte enkontrado.