...
El pelo rubio de Duddits, tan bonito. Su llanto les había dolido, se les había clavado en la cabeza, como un cuchillo desafilado, ¡pero qué felices les hacía su risa! Oyendo reir a Duddits Cavell, volvían a creerse los cuentos chinos de toda la vida: que era buena la vida, que tenía sentido vivir, tanto de niños como de adultos. Que, además de oscuridad, había luz...



El Cazador de Sueños.
Stephen King.

Comentarios

La risa de alguien podría hacerte refutar la existencia de la gravedad...
Si es que nos ponemos tontos.

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