Viva la vida



Solía gobernar mi mundo.
Las mareas se calmaban con el batir de mis palmas.
Ahora por las mañanas vuelvo a despertarme sola
vagando por las calles que solía poseer.

Solía llevar las riendas de las batallas.
Sentí el miedo en los ojos de mis enemigos.
Escuché gritar a las gentes mi nombre con fervor
ahora nadie me recuerda.

Me intoxiqué con el salvaje viento del oeste
tumbando portones para poder entrar.
Reventé cristales de rosetones al ritmo de los tambores
ahora no puedo creer en lo que me he convertido.

Los revolucionarios sirvieron mi cabeza en bandeja de plata
y me sentí como una triste marioneta con una sola cuerda.
Quizá no era un mundo justo
pero ocurría cuando Yo gobernaba mi mundo.

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