De tí.



Dímelo, te llegaba
aullando o cómo o sollozando
en la hora del último abrazo
cuando la noche se despide y el sol asusta
tras las nubes con su halo ambar?

Dímelo, me sentiste
trepar hasta tu...todo, por todos los silencios,
y todas las palabras?

Yo me sentí crecer. Nunca supe hacia dónde.
Es más allá de ti. Lo comprendes, hermano?
Es que se aleja el futuro cuando no tocas mis manos
y se descuelgan suspiros entre farolas.

Siento que debo seguir una infinita flecha,
y va a llevarme lejos, no volveré nunca,
sacos de recuerdos húmedos en fuga hacia lo eterno,
goteando en cada tierra sollozos y preguntas.

Pero mírate, tu forma familiar, lo que es mío,
lo tuyo, lo que es mío, lo que es tuyo y me inunda.
Mírate, que me llenas los miembros de vida,
mírala, tu ternura,
amarrándose a las mismas raíces,
madurando en la misma cesta del tiempo,
y saliendo de tu alma plena bajo mis dedos
como la flor trémula que despierta a la vida.

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