Io Saturnalia! Ave Sol Invictus!




A mis clásicos,
los que aparecen
y los que no,
mil gracias a todos.



Existe una hermandad,
una familia,
un Olimpo particular
de la que yo,
la nueva Diana,
formo parte.

En los frios pasillos
del primer dia
el primero de ellos
en llamar mi atención...

...Ismael,
"el ideal κουρός",
con unos preciosos
ojos azules
ocultos tras una melena,
abría las puertas
con una sonrisa
a mi aventura clásica.

Sentados ambos
desde lo alto
como hijos de la misma Leto,
la vi aparecer,
casi levitando
sobre los demás.

Sandra,
de melena
y sabiduría envidiable.
nació armada
de la cabeza a los pies
de la inteligencia que le da
haber nacido de los libros.

Tras ella
con paso firme
y mirada altiva
llega desde la antigua Onuba,
Carmen.

Amica, caelestis et aurea.
No necesita más belleza
que la de sus ojos
ni más amor
del que dan sus abrazos
para cautivarnos a todos.

Desde tan lejos,
los oigo.
Tres, solo les necesito
a ellos tres.
Vettoni, lusitani, celtici...
...poco importa.

Paco.
Un Baco tierno,
soñador,
casi niño,
llega de la mano
siempre firme
de Zaret.
Dríade que no dudaría
en plantarle cara
al mismísmo Plutón,
sin ayudarse de Peneo.

La luz llegó con él.
Daniel,
robando corazones
sin proponérselo,
sobrevolaba el aula
ausente de flechas,
inútiles ante su ternura.

Señora de señoras,
sobrada de dominio,
Laura se abrió paso
con la soberanía
de una reina de dioses.

Y él.
Raúl, "πολυσύνθετος".
El viajero
de todas partes.
El mensajero de la poesía,
la oratoria
y el ingenio.


Y muchos más que están
como deidades inmóviles
marcando junto a nosotros
el paso firme de lo antiguo.

Nosotros lo seremos,
herederos de lo antiguo,
proveedores de futuro.

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