Antipoesía a Esdras
No espero nada y es como si dijera
todo.
Me escondo en la tierra como para justificarme,
para evitar que el océano me envenene la sangre
y llevar la esperanza hacia ningún lugar
sin dolor, sin queja.
El asco de recoger mis huesos,
uno aquí, otro allá,
una y otra vez
siempre como resultado del mismo golpe
contra el mismo muro.
Olor a ceniza mojada.
Si el futuro existe, que hable.
Comentarios
Pero fijo que hay alguna caracola entre tanta ceniza que arroje en tus oídos algo que suene bien. Algo bonito, sin duda.