4 de marzo II




Gracias a ti por reconocer hasta el último de mis temblores,
por refrescarme el alma cuando el calor de Sevilla aprieta
y cobijarme bajo tus párpados cuando la lluvia engaña.

Gracias, amor, porque por fin viniste,
por la ilusión que trajiste,
por la tensión, el ansia, el vértigo.

Y gracias también porque pusiste
en mi boca una sonrisa con aquel beso
color tus labios, color pez, color febrero.

Comentarios

Lancepimi ha dicho que…
Que oins! =)
kayako saeki ha dicho que…
Inkreiblemente bello...

Entradas populares de este blog

Un poema casi inventado

La Posada