Esto (no) es culpa tuya



Tener razón es inútil en el terreno de los sentimientos. La razón no sirve para curar nuestras heridas, ni para reparar la pérdida que hemos sufrido, ni para llevar a cabo las acciones necesarias. Al comprender esto, dejamos de estar obsesionados por la idea de lo justo o injusto; el otro comienza a retirarse de la escena y entramos nosotros. Como verdaderos protagonistas, se nos abren nuevas perspectivas para afrontar lo que nos tocó vivir. 
Una vez más, se trata de decir "Qué hago yo con lo que me ha tocado vivir, más allá de lo justo o injusto que sea".


Todo (no) terminó.
Silvia Salinas.




Comentarios

Entradas populares de este blog

Un poema casi inventado

La Posada