El Afilador (Antipoesía)




Afinando el azul de la mañana,
el afilador.

Y no hay nada que importe.
Todo puede cambiar.
Nada importa.



Comentarios

NEXTDOOR7 ha dicho que…
Precioso. Me encanta.
InfusiónDeLotoNegro ha dicho que…
Sé que poco tiene que ver pero tenía yo una letra que contaba cómo me iba haciendo más y más pequeño (como el hombre menguante) y una de las frases era:
El afilador pasaba y el sonido del metal que entrechocaba destrozaba la moral y cada trozo de mi cuerpo lacerado. La mosca era gigante, todavía el recuerdo como un monstruo del pasado. El millón de ojo y el zumbido acelerado. Mi corazón, un tempano minúsculo y quebrado. La alfombra de hojarasca de las calles, para mí era un valle de colosos oxidados. No quería pensar en que pasaba. El miedo era más grande y me cansaba, al trepar por la pelusa del ombligo que en el suelo habían dejado. Lo último que vi fue mi intestino, los ácaros del polvo lo sacaron a bocados. (Ya de paso te puse un poco de como seguía)

No sé, me recordó tu entrada a esa letra. Aunque ahora que lo pienso creo que si tiene que ver. Ir menguando es ir cambiando. Tiene similitud con eso que dices de que todo puede cambiar, nada importa porque tienes que adaptarte a tu nuevo tamaño. El mundo se hace más grande cada día, cuando tu cada día te haces más pequeño.
Eso, o que yo estoy loco e interpreto así lo que en su momento me inspirara leer a Richard Matheson en El increíble hombre menguante.
Un abrazo enorme señorita.

Entradas populares de este blog

Un poema casi inventado

La Posada