Epitafio




Bajo estas aguas,
consumida en cenizas húmedas,
yo yazco.

Invisible para las mareas,
incesante riada para otros.

Madre,
hermana,
protectora,
ojos
y pez.

Quizá a quien me sobreviva
le interese saber
lo que fue mi carne.

Llanto,
nervio,
salitre
y olor a lluvia.

Superada por el deseo
de permanecer,
de ser recordada
y luego desaparecer.







Comentarios

Entradas populares de este blog

Un poema casi inventado

La Posada