Las cenizas de Teresa
A mi tía Tere, quien desde hoy
me acompañará eternamente.
Aquí, donde termina todo,
volverás entre flores amarillas,
de olor a tabaco y color cerilla
que nacen mientras tu ausencia acomodo.
Quédate conmigo, irse siempre duele.
Que la eternidad espere,
yo te serviré de abrigo.
Acostúmbrate a seguir con nosotros
hasta que quiera la vida
y a pervivir para el resto
mientras yo escriba.
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