Libros



Empezar a leer fue para mí como entrar en un bosque por primera vez y encontrarme de pronto con todos los árboles, todas las flores, todos los pájaros. Cuando haces eso, lo que te deslumbra es el conjunto. No dices: me gusta este árbol más que los demás. No, cada libro en que entraba lo tomaba como algo único.


José Saramago.




Gracias.



Imagen por Pedro Walter.

Comentarios

Deglutoria ha dicho que…
Yo no sé por qué ni cuando empecé a leer. Tampoco recuerdo si pude ver un bosque, o sólo letras en mi cabeza, pero sí tengo claro que cuando cojo un libro (y es de forma esporádica), noto que esas palabras no son las palabras que salen de una boca móvil por la calle, ni de una ficción publicitaria, ni de un programa de tertulia literaria. Esas palabras que leo vienen como de una boca que nos pertenece a todos, y que según el tacto, el grosor, el color de las páginas del libro, la leyenda en la portada sobre el autor y el título de la historia, tiene un tono un timbre distinto, pero me recuerda siempre a la misma voz de la literatura.

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