Casi, casi...



Como el indigente que realmente cree que lo es y se limita a seguir viviendo.
Como las puertas que no saben si fueron colocadas para entrar o salir.
Como la tarde, que imita la luz de la mañana, pero se ve vencida ante la inminencia del anochecer, una y otra vez.
Como una taza de café vacía, que llora con amargo recuerdo su aroma de suicida y el sabor de tus labios.

No sé si así es la vida,
pero la poesía se le parece mucho.

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
T!!!
Amapola... ha dicho que…
Profundo y elegante...
Me ha encantado! Y estoy de acuerdo, se le parece mucho... Quizás, demasiado...
Beshos!
kayako saeki ha dicho que…
Es una reflexión chulísimaaaaaaa!!!

A mí tu poesia se me asemeja a un rasgueo de guitarra kontuntendente, kon doble bombo de bateria..... y una voz melosa y armoniosa.... En definitiva.... ke me enkanta....

besos....

Entradas populares de este blog

Un poema casi inventado

La Posada