Poco se ha escrito sobre lo duro que es descubrir, casi de repente, que ya no se está enamorado. Y creo que no está mal. El corazón ausente, como miembro fantasma. Yermo y helado, más helado con cada respiración. Y creo que no está mal. No te haces una idea de lo muchísimo que te quería. Yo tampoco lo sabía, hasta que no te quise más. Y creo que no está mal. Imagen